El perro Fulgencio

Leyenda de Veracruz, México. Se dice que en el municipio de Alvarado, vivía un hombre de mala reputación, déspota, egoísta, ratero de cosechas y acosador de mujeres, se le dio por perseguir a las adolecentes, Fulgencio lograba entrar a las casas y abusar de ellas; las autoridades no atendían las quejas de los padres, algunos decidieron poner fin al problema esa noche acordaron a buscar a Fulgencio para darle una paliza, enfrente del pueblo y después que abandonara el pueblo; pero no lo hallaron, el tipo desapareció la gente dice que alguien lo previno que le dijeron que lo iban a linchar así que el solito se fue del poblado.
La calma regreso a Alvarado por unos días. Una señora fue al mercado cargaba sus bolsas de verduras, en la esquina vio a un perro negro muy feo le empezó a ladrar se le veía sus colmillos amenazantes la señora le tuvo miedo quedo sin moverse, su hijo se le acercó a ella y le dijo; mamá dale un pedazo de pan no te va hacer nada solamente tiene hambre, ella sacó pan de la bosa y se lo tiró al perro en ese momento el animal le mordió la mano y la atacó mas fuerte, el hijo intentaba alejar al animal se enfurecía más, pero solo le agarraba mas fuerte la mano se la destrozó por completo; todos los que vieron este ataque quedaron sorprendidos pues nunca había sucedido. Todos los que salían a la calle lo hacían con un palo por si las dudas se asomaba aquel perro maldito.
Comenzaron los rumores, el perro atacaba a mujeres, sobre todo a los niños que devoraba recién nacidos, que le arranco la pierna a una niña y que mordió el rostro a un anciano.
Dos campesinos regresaban de su jornada de trabajo y el perro se les asomó, los hombres quisieron ser amistosos con el perro, dejo ver sus colmillos y a gruñir el animal se le abalanzó a uno de ellos destrozándole la pierna; el ataque canino se supo en todo el municipio, la gente les dejó de dar comida a los perros callejeros con tal que no se acercara a nadie, el perro negro al tener hambre empezó a irrumpir los puestos del mercado los locatarios se unieron y le dieron de golpes con palos los golpes eran al lomo del animal, quien respondía con mordidas hasta que le dieron con mas fuerza en la cabeza y ya no pudo moverse más, el perro maldito no respiraba se escucharon gritos de alegría y aplausos.
Los presentes se aterraron cuando vieron que el perro se levanta lentamente y con las patas delanteras empieza arrancarse el pellejo de la cara, aquella piel negra y peluda del perro cayó al suelo y apareció Fulgencio burlándose de todos y corrió quedando con la boca abierta la gente que lo vio. Se cuenta que los perros de pueblo dejaron de recibir trato amable, se cree que Fulgencio vive en cada uno de ellos.

Publicar un comentario

0 Comentarios